Blog sobre literatura

Un rincón literario


domingo, 19 de diciembre de 2010

La literatura, la lectura, la escritura y... Mafalda

A veces la crítica literaria también puede ser irónica, cómica, paradójica, mordaz, satírica y puede levantar una sonrisa...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Algunas canciones tristes

En El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, Valentín y Molina pasan sus penas en la cárcel, uno políticas y el otro morales, contándose películas y hablando de canciones tristes. La aparición de elementos de la cultura pop en las novelas contemporáneas nos permiten en ocasiones empatizar con los personajes también a través de lo que pueden transmitirnos algunas canciones. Y aquí va un ejemplo de la relación entre la narración y algunas canciones tristes:


Y se va... Él entonces se da cuenta del lastre que es para ella, a lo que se tiene que rebajar para salvarlo a él. El muchacho ve las barcas de pescadores que vuelven a su rada con la noche, camina hasta la orilla del mar, hay una luna llena divina, la luna se rompe en pedacitos al reflejarse en el oleaje manso de la nochecita tropical. No hay viento, todo es quietud, menos en el corazón del muchacho. Los pescadores hacen como un coro a boca cerrada, entonan una melodía muy triste, el muchacho la canta, a las palabras se la va dictando su propia desesperanza, «... luna que te quiebras... sobre la tiniebla... de mi soledad, ... ¿adónde? ¿adónde vas?... dime si esta noche tú te vas de ronda... como ella se fue, ... ¿con quién? ¿con quién está? ... Dile que la quiero, dile que me muero... de tanto esperar, ... que vuelva, que vuelva ya... que las rondas... no son buenas, que hacen daño... que dan penas, ... y se acaba por llorar...». Y a la madrugada cuando ella vuelve él ya no está, le ha dejado un papelito diciendo que la quiere con locura, pero que no puede ser para ella una carga, y que no lo busque, porque si Dios los querrá reunir nuevamente... se encontrarán aunque no se busquen... Y ella ve cerca de ahí muchos puchos de cigarrillo, y una cajita de fósforos olvidada, una cajita de las que dan en las tabernas del puerto, y ahí se da cuenta que él la ha visto... (Manuel Puig, El beso de la mujer araña).



miércoles, 15 de diciembre de 2010

Góngora, Sor Juana y el retrato de Dorian Gray

Hay un soneto bastante conocido de Góngora en el que de una manera un tanto brusca nos recuerda que hay que aprovechar la edad dorada antes de que llegue la muerte con su olvido

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello.
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


sobre el que Sor Juana Inés de la Cruz escribirá uno de sus sonetos más famosos a partir de la ficción en la que la propia autora observa un retrato suyo de juventud, capaz de vencer del tiempo los rigores y triunfar de la vejez del olvido.

Éste que ves, engaño colorido,
que, del arte ostentando los primores,
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;

éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores,
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,

es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
es un resguardo inútil para el hado:

es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.


Sor Juana se dirige en el soneto a su retrato, y aunque su intención no creo que fuera esa, acaba convirtiendo su propio retrato en cadáver, en polvo, en sombra, en nada, precisamente lo que le pasaba al retrato del joven Dorian Gray, capaz de acumular las miserias del paso del tiempo.



miércoles, 1 de diciembre de 2010

Aunque tú no lo sepas

El nombre del Blog esconde una historia literaria curiosa de préstamos y de referencias entre diferentes autores y aún entre diferentes artes, que nos lleva desde un poema a una canción, desde una canción a un cuento y desde un cuento a una película. Allá va.
La historia comienza en las manos de Luis García Montero cuando, dentro del poemario Habitaciones separadas, publica este poema titulado «Aunque tú no lo sepas»:
 Como la luz de un sueño,
que no raya en el mundo pero existe,
así he vivido yo
iluminado
esa parte de ti que no conoces,
la vida que has llevado junto a mis pensamientos...
Y aunque tú no lo sepas, yo te he visto
cruzar la puerta sin decir que no,
pedirme un cenicero, curiosear los libros,
responder al deseo de mis labios
con tus labios de whisky,
seguir mis pasos hasta el dormitorio.
También hemos hablado
en la cama, sin prisa, muchas tardes
esta cama de amor que no conoces,
la misma que se queda
fría cuanto te marchas.
Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
Espiada a la sombra de tu horario
o en la noche de un bar por mi sorpresa.
Así he vivido yo,
como la luz del sueño
que no recuerdas cuando te despiertas.

Quique González y Enrique Urquijo, que pasaban por allí, componen una canción basada en el poema de García Montero que titulan igual y que ambos tocarán en solitario, aunque en alguna ocasión, como en el vídeo que comparto a continuación para que os enamoréis de la canción, la tocan juntos:




Almudena Grandes, que más que pasar por allí es la potencial destinataria del poema de amor de García Montero (están casados), se inspira con el poema de su amante, una noche en una habitación separada, y compone un cuento titulado «el vocabulario de los balcones», que trata sobre una historia de amor inusual entre dos personajes que a lo largo de una vida, sin dirigirse nunca una palabra, acaban por enamorarse. Os pongo un enlace donde podéis leer el cuento, y así os enteráis mejor que con mi parco resumen:


Para completar la historia, un director romántico, José Vicente Córdoba decidió llevar a la gran pantalla en 1999 la historia de Almudena Grandes, devolviendo a la obra el título original, Aunque tú no lo sepas.
Para que la entrada no tenga un final feliz, apunto que me regalaron la película hace algún tiempo, pero todavía no la he visto. Cuando la vea termino la historia y os la recomiendo.

martes, 30 de noviembre de 2010

Dirija la imaginación hacia usted mismo (Presentación)

No he encontrado unas instrucciones para hacer literatura, ni siquiera para hacer un blog sobre literatura. Es probable que nunca las encuentre, pero quería empezar por buscarlas en este cuento de Julio Cortázar, que aquí comparto para que sirva de presentación de este rincón literario.

Instrucciones para llorar

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.

Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca.

Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar, Historias de cronopios y de famas.